A veces, el miedo se disipa de lógica para no mostrar el verdadero motivo por el cual evitamos ciertas situaciones de desafío: el temor de lo desconocido. La sensación de incertidumbre y las expectativas previas pueden paralizarse. Incluso pueden llevarnos a evitar situaciones que son necesarias para crecer. Pero sólo estando expuestos a ellas conseguiremos entender que el miedo trae oportunidades. Además, saber administrar el propio miedo trae un cierto placer y reduce las posibilidades de tener trastornos asociados a la ansiedad. Porque a nadie le gusta tener miedo, pero si lo comprendemos y lo controlamos, vivimos una sensación de alivio después de la tensión sufrida, evitaremos que afecte nuestra propia salud y descubriremos una nueva forma de continuar creciendo personalmente.
No olvidemos que muchas de las situaciones que nos paralizaban en el pasado, ahora enfrentamos sin parpadear. Pruebas, hablar en público, relacionarse con los demás, etc. Por detrás de cada una de ellas, siempre hubo un motivo que nos llevó a realizarlas a pesar de los pensamientos evasivos y paralizantes que surgían ante las situaciones nuevas o estresantes: nuestra propia capacidad de evolución y crecimiento personal. Veamos esto en más profundidad. "El miedo siempre está dispuesto a ver las cosas peor de lo que realmente son." -Tito Livio-
Lo único que hace un sueño imposible: el miedo a fracasar
¿Por qué vivimos emociones inadecuadas cuando enfrentamos nuevas situaciones? La razón es que, en esas horas, el cuerpo procura defenderse.
Ante las sensaciones de incertidumbre y temor, su respuesta es prepararse para la fuga inmediatamente como forma de salvación.
Entonces, a nivel físico ocurre una ausencia de flujo sanguíneo en la parte superior del cuerpo para que la sangre se dirija a las extremidades inferiores con el objetivo de facilitar la fuga rápida. Por eso, nuestra primera reacción ante este tipo de situación es la evasión o la fuga.
Aunque la primera reacción natural sea esquivar este tipo de situación, la capacidad que tenemos sobre nosotros mismos y sobre nuestros propios pensamientos nos da un margen superior para tomar decisiones más racionales y menos intuitivas. Y es en esa brecha que descubrimos que el miedo trae oportunidades y pasamos a acceder a ellas. Por lo tanto, el temor al fracaso ante nuevos desafíos es algo intuitivo, que nos es dado por una herencia filogenética de nuestros antepasados. Pero la voluntad de alcanzar nuestros propios objetivos es algo más personal que se esconde en cada uno de nuestros pensamientos y emociones. De modo que esa lucha entre la genética y lo que pensamos es lo que orientará nuestras decisiones al éxito o al fracaso, y, en última instancia, a realizar o no nuestros sueños. No tenga miedo de la prisión, ni de la pobreza, ni de la muerte. Tenga miedo al miedo.
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El miedo trae oportunidades y puede hacernos más felices Dicen que si deseamos algo hay que hacer que suceda, pero por qué las cosas que más deseamos son las que más nos asustan? A veces, simplemente retrocedemos porque preferimos quedarnos con una de las expectativas inalcanzables para seguir fantaseando sobre lo que sucedería si conseguimos alcanzar lo que realmente deseamos. Otras veces, el temor y el esfuerzo necesario para perseguir nuestra felicidad son más fuertes que nuestros sueños y preferimos vivir en un estado sin cambios con nosotros mismos, sin grandes sorpresas ...
La clave está en saber que cuanto más hacemos, más podemos hacer.Este es el círculo donde necesitamos entrar si queremos superar el miedo todo el tiempo para conseguir las cosas que realmente queremos. El miedo es sólo una emoción que, una vez comprendida, nos lleva a entender que es útil en un abanico de situaciones muy limitadas y que vivimos muy pocas veces en la vida.
La mayoría de los temores que vivimos son preocupaciones y pensamientos irracionales que cuanto antes empezamos a identificar y superar, antes empezaremos a aprovechar las cosas que realmente valen la pena. Porque el miedo trae oportunidades para conocer y para seguir creciendo y superando nuestras propias barreras mentales.
"La vida no es un problema a ser resuelto, sino una realidad a vivir." -Soren Kierkegaard-