A lo largo de la vida hacemos diversas amistades. Algunas son buenas, otras sólo sirven para pasar el tiempo libre y otras acaban decepcionando. A veces creemos que se trata de una amistad verdadera, pero el amigo nos deja en la mano.
La mayoría de la gente ha pasado por algún tipo de decepción al menos una vez en la vida; se entregó demasiado, y cuando necesitó ayuda no tuvo éxito. Las amistades que hacemos pueden decepcionarnos y, eso crea cierta desconfianza a la hora de hacer nuevos amigos. Lo ideal es aprender de nuestros errores y establecer un punto de equilibrio entre la confianza y la desconfianza. Confiar demasiado y con mucha facilidad puede ser perjudicial
, pues así usted se abre con cualquier persona sin ningún filtro para ponderar si debe o no actuar de esta manera. Sin embargo, ser demasiado desconfiado también puede ser negativo, pues usted eliminará a un gran número de personas que podrían, quizás, convertirse en verdaderos amigos. Ni mucho, ni poco. Con confianza, pero con prudencia.Hay una amistad que usted tendrá por toda la vida y que nunca fallará contigo, es la amistad que tienes consigo mismo.
Pero, ¿cómo convertirme en mi mejor amigo? Refleja sobre cómo se comporta con una amistad muy apreciada y haz lo mismo contigo. Observe sus comportamientos, a veces muy amables y comprensivos con los demás; los apoyamos, animamos, queremos decirles las mejores cosas para que se sientan bien, pero ... ¿Usted hace lo mismo consigo? ¿Las palabras que se dice a ti mismo son tan respetuosas y agradables como las que dice a los demás? Por ejemplo, imagine que está tomando una cerveza con una persona que usted aprecia mucho, y ella te cuenta que tuvo un pésimo día en el trabajo, que cometió un error y todo lo que hizo durante el día tendrá que ser rehecho. Su jefe le dijo que es un desastre y que el error cometido condice con personas poco cualificadas. ¿Qué dirá a esa persona que te está contando sobre el día pesado que tuvo en el trabajo? Por supuesto, si le gusta, intentará convencerla de que una falla con ésta puede ser cometida por cualquier persona, que eso es normal y que su valor personal no debe ser medido por un error que cualquiera podría cometer.
¿Qué pensaría si esto hubiera ocurrido con usted? Si su autoestima no es muy buena, pensaría cosas como: "No sirvo para nada", "Soy un desastre", "Hago todo mal", etc.
¿Por qué cuando algo sucede con nosotros mismos somos tan duros con nosotros, y cuando sucede con otra persona somos más comprensivos y creemos que errores pueden ser cometidos por cualquiera? La base está en el afecto.
Cuando es con una persona de quien nos gusta mucho, es normal tratar de ayudarla y decir las mejores cosas, pero cuando no estamos bien con nosotros mismos, sólo empeoramos la situación, haciendo que confiemos cada vez menos en nuestras propias habilidades. Cada vez que sienta emociones negativas, pregunte a usted lo que aquella persona tan admirada le diría y aplique a usted mismo.
El exterior no es estable, puedes encontrar personas que te apoyen, que confíen en ti, pero que también te pueden decepcionar en cualquier momento. En cambio, si usted establece un buen clima interior y puede convertirse en su mejor amigo, tendrá una base estable por toda la vida. Lo que tanto busca por ahí puede estar dentro de ti.
Disfrute la vida con las personas que están a su alrededor, pero sepa que no puede entregar toda su confianza a cualquiera, después de todo somos todos imperfectos. Si se da todo de sí a alguien, correrá el riesgo de quedarse sin nada para ti, si te decepcionan. Si tienes 100 litros de agua en un pozo, da 50 a quien te gusta, si te da todo, no te quedará nada y eso ya no será cariño ni aprecio, será dependencia.