tenemos en nuestras manos lo que la hará mayor o menor.¿De qué manera podemos poner un freno en esa sensación o reacción?
Con pensamientos positivos! No deje que la ansiedad afecte a su vida cotidiana. Continúe aprovechando su día a día y, sobre todo, el tiempo presente. Al final, como su nombre indica, es un regalo.La ansiedad, la voluntad de viajar al futuro
Si pudiéramos tener una máquina que nos llevara al mañana, cuán nerviosos ahorraríamos! Eso es verdad, pero también es verdad que no estaríamos aprovechando nada. Por supuesto, porque el camino recorrido es tan importante como el momento en que alcanzamos la meta.
Vamos a imaginar un objetivo cualquiera (casarse, hacer una graduación, tener un hijo) como el destino que elegimos para nuestras vacaciones. Pero, al subir en el medio de transporte elegido para llegar al lugar (pedir en matrimonio, empezar a estudiar, quedar embarazada), ya queremos colocar el pie en la arena, en la montaña o donde quiera que haya decidido ir.¿Qué pasa con el trayecto de avión, en tren o en coche? Queremos que pase lo más rápido posible (sobre todo si es demasiado largo).
Pero el viaje también forma parte de las vacaciones. Por lo tanto, la organización de la fiesta, estudiar para pasar las pruebas, el crecimiento en el niño en la barriga, son momentos lindos que tenemos que aprovechar, pues
ellos no volverán a ocurrir de la misma forma.Claro que podemos volver a casarnos, estudiar otra cosa o tener un segundo hijo, pero ya no será lo mismo.
Si aprendiéramos a dominar la ansiedad, todos los viajes serían increíbles y muy bien aprovechados. Cuando estamos ansiosos y nerviosos, es porque tenemos un exceso de deseo sobre el futuro, porque pensamos que el actual, el hoy, no es importante, es sólo un medio para llegar a ese otro destino. En realidad, la felicidad desaparece de nuestras vidas cuando la colocamos constantemente delante de nuestro presente.
Seré feliz cuando me casar, cuando me graduar, cuando nazca el bebé. ¿Por qué no ser feliz ahora, mientras organizamos la lista de invitados, leemos un artículo o vamos a hacer una ecografía? La ansiedad es el mecanismo inconsciente que tenemos para protegernos de algo que nos está amenazando.Pensamos que lo que sucede hoy en día no es lo que buscamos, y que sólo lo que sucederá mañana es importante. Sin embargo, el exceso de ansiedad puede evolucionar hasta convertirse en una patología crónica, o mejor dicho, podemos mantenernos ansiosos todo el tiempo, por cualquier cosa.
Roer las uñas, fumar más, acabar con la comida de la nevera, no conseguir dormir, tener problemas de concentración en el trabajo o en los estudios, no prestar atención en nada que se nos dice, tener caída de cabello, ojeras, taquicardias ... pueden ser todos los síntomas de un problema de ansiedad. La Organización Mundial de la Salud (OMS) indica que, en el año 2020, tanto la ansiedad como la depresión y el estrés, serán tres factores esenciales a la hora de entender cómo se desarrollan las enfermedades.
Por encima de ellos, sólo el nivel de frecuencia cardíaca y el riesgo de problemas cardiovasculares. Pero cuidado, una gran parte de estos últimos también van a aparecer por culpa de esos tres estados.
Vamos a recordar que no son negativos en sí.El problema es cuando son muy intensos o cuando permanecen.
Los médicos indican que no toda ansiedad es mala, pero necesitamos saber regular la dosis.Un bajo nivel de ansiedad, por el contrario, también es negativo para nuestra vida, porque no nos permite mantener un foco en lo que hacemos, no tenemos una visión de futuro, no podemos planear nada, no tenemos una meta, etc.
Entonces, ¿de qué manera manejamos los niveles de ansiedad? En primer lugar, entendiendo que el futuro, tarde o temprano, llegará. En segundo lugar, recordando que lo que hacemos hoy nos ayuda a estar en ese lugar mañana.El tercer aspecto está relacionado a aprovechar lo que cada día tiene que ofrecernos.No se olvide de que nada ni nadie podrá devolverle el tiempo perdido.
¿Qué va a estar pensando en el mañana si usted todavía no puede aprovechar el hoy?