La humanidad busca constantemente la felicidad. Y siempre queremos conquistar cosas que nos hacen felices, como tener dinero, éxito, amigos, una relación amorosa estable. Con la tecnología y los bombardeos de imágenes de personas anónimas o del mundo de las celebridades, observamos que ellas desean pasar a los seguidores que están felices en todo momento. Probablemente, usted ya se dio cuenta de que cada segundo, o incluso milésimas de segundo, alguien está enviando un momento feliz en Facebook, Instagram, Snapchat, entre otras aplicaciones. La persona va a una fiesta, hace un post, decide hacer una cena con los amigos, otro post, resolvió viajar, más puestos, compró una ropa nueva, más publicaciones. Y así va. Usted debe estar pensando, pero y de ahí, puesto, y voy a seguir publicando? Nada contra quien mantiene ese hábito. Pero tampoco estoy a favor de exponer toda la vida en las redes socias, aún más cuando se espera el reconocimiento del otro para sentirse feliz. Esto es lo que sucede con la mayoría de la gente,
la felicidad depende de los comentarios o comentarios que recibe en el post del día. Para el teórico Bruno Lopes (2013)
la felicidad en los días de hoy se convierte en una obligación. El mundo contemporáneo "vende" para las personas el placer, que sin duda es la esencia básica de la felicidad. Muchas veces las personas que experimentan el placer, a través de algún objeto en el que invirtieron, no siempre son felices, pueden sentir un bienestar momentáneo, lo hacen sólo para estar inscritos socialmente. Por ejemplo, fotos con el novio en una playa paradisíaca con una leyenda provocativa, una foto frente al espejo de la academia exhibiendo los "gominhos" del abdomen, restaurantes fantásticos, son imágenes que pueden simbolizar una felicidad ilusoria. Estos ejemplos me han recordado un vídeo bastante difundido en las redes sociales "What's on your mind?" (¿Qué estás pensando?) . Para quien no recuerda o no asistió, voy a describir brevemente (después confiere en YouTube). ¡El vídeo es muy interesante! Se trata de una reflexión acerca de la "vida perfecta" en las redes sociales.
El pequeño vídeo empieza con el chico visualizando las fotos de algunas personas en la playa, en la nieve, mientras él está en su casa haciendo una comida (nada atractivo por señal). Luego ve una foto de una pareja "vendiendo la felicidad". Mientras él está en la red social, la novia o esposa de pijama y palomitas en mano asiste a una película. Para que su vida comienza a interesarse, crea falsos puestos para ganar más curtidos. En otro momento del corto, el personaje, ya en el trabajo, escribe en la red social que la reunión fue un éxito, siendo que estaba súper tedioso. Después de la publicación él gana varios años debido a su falsa realidad. En fin, es un video simplemente fantástico e impactante! Él nos revela cómo la gente probablemente cree en lo que se publica en las redes sociales.Para Freud la felicidad es vendida en el sentido de cubrir una falta, una falta que es constante y que, por lo tanto, nunca será alcanzada en su plenitud. Las personas buscan satisfacer todo el tiempo un vacío. Y el propio sistema capitalista contribuye a ello. Hace que busquemos la felicidad en compras, viajes, empleo de éxito, tener un currículum envidiable. Además de tener todo eso, muchas personas suelen publicar en las redes sociales fotos bellísimas, simulación de una vida esplendorosa, justamente para llenar la falta de una vida perfecta, como ocurre con el protagonista a lo largo del video. Quiero que usted refleje que nuestra vida, la vida real, tiene un vacío inmenso que siempre vamos a llenar. Pero podemos hacer de una forma diferente! No necesitamos probar al otro, principalmente, para sus casi 800 amigos virtuales en Facebook o 400 seguidores en el Instagram, que somos capaces de conseguir el empleo de los sueños, tener una relación envidiable, hijos perfectos, ir a fiestas increíbles, hacer viajes internacionales.
No, no necesitamos hacerlo. Incluso porque no todas las personas consiguen el empleo de los sueños, las relaciones a menudo no funcionan, los hijos no perfectos, las personas que van a fiestas con usted son superficiales, los viajes que desea hacer no son su prioridad en el momento. Al final, esa es la vida real de buena parte del mundo, o casi de todo el mundo. La felicidad está en pequeñas actitudes que se pueden realizar en el día a día.
No piense que su vida es peor que la de aquel amigo virtual que hace un montón de posturas maquillando una realidad que no le pertenece. ¡Eso puede traerle daño emocional! Posiblemente, si usted cambia las horas que queda en las redes sociales por un buen libro, una caminata, trabajos voluntarios, a fin de intercambiar experiencias con personas diferentes, será un gran paso para no quedarse con baja autoestima, o incluso llegar a una depresión devastadora. Recuerde que