Nuestro cerebro se dividesimbólicamente en dos hemisferios cerebrales. Se conocen como el hemisferio derecho "emocional" o "intuitivo" y el hemisferio izquierdo "racional". Por eso, el equilibrio humano es determinado por la relación entre cerebro emocional y cerebro racional. Esta relación influye en nuestro propio bienestar.
Entre las tres partes de nuestro cerebro, el centro de las emociones está en la parte más antigua filogenéticamente hablando.Sin embargo, nuestra parte más lógica y racional se ubica en el neocórtex. Esta área más nueva nos permite realizar las tareas mentales más sofisticadas.El cerebro emocional y el cerebro racional no son por los opuestos.Es decir, las emociones son la base del raciocinio y atribuyen valor a nuestras experiencias. Por eso, el neurocientífico Paul MacLean comparó la relación entre el cerebro emocional y el cerebro racional con la relación entre un caballo (fuerte e instintivo) y un caballero competente (experimentado y lógico).
El equilibrio humano es determinado por la relación entre el hemisferio: cerebro emocional y cerebro racional. Compartir
El equilibrio humanoLa palabra viene del latín
aequilibrium
,aequusque significa 'igual' ylibraque significa 'balanza'.Reconocemos el equilibrio en la armonía, la parsimonia, la moderación, el sentido común, la sanidad mental.Es decir, en las personas que gozan de buena salud mental.Cuando el cerebro emocional y el cerebro racional están en equilibrio, podemos sentirlos en nuestra propia experiencia personal. Por ejemplo, en situaciones en que nuestra supervivencia está en peligro, ambos sistemas (emocional y racional) pueden funcionar independientemente.El emocional nos daría la energía necesaria para adoptar la primera medida urgente (sostener un pasamanos o una rama en caso de caer de la escalera o de un acantilado). Por otro lado, la razón serviría para dar los próximos pasos (no podríamos quedarnos eternamente colgados).
El equilibrio humano determina nuestro bienestar.
Compartir
Cerebro emocional y cerebro racional: el caballo y el caballeroUn caballero competente tiene que aprender a controlar su caballo si quiere caminar en él.
Si no hay muchos obstáculos y el clima es favorable, será más fácil para el caballero mantener el control. Sin embargo, si algo inesperado ocurre, como un ruido alto o amenazas de otros animales, el caballo intentará huir y el caballero tendrá que sostener firme. Siendo así, hay que mantener el equilibrio y, inteligentemente, dominar la inquietud del caballo.
Lo mismo sucede cuando las personas ven su supervivencia amenazada. Esto puede suceder cuando tienen miedo o incluso con un deseo sexual elevado. En estas circunstancias, es más complicado no perder el control.El sistema límbico detecta y decide cuando hay una amenaza significativa
y las conexiones entre el razonamiento (lobos frontales) y ese sistema se vuelven confusas.Por eso, investigaciones neurocientíficas muestran que la mayoría de los problemas psicológicos no es causada por problemas de comprensión.En realidad, ocurren por presiones en las regiones que son más específicamente responsables de la atención y la percepción. Es muy complicado realizar procesos lógicos avanzados cuando nuestro cerebro emocional está en alerta y sólo atiende a las señales que percibe como peligrosas.
¿Qué sucede cuando el caballero no controla el caballo? A veces nos enfadamos con las personas de quienes nos gusta o sentimos miedo de algo o alguien de quien dependemos. Esto causa una lucha.Nuestras emociones y nuestro cerebro comienzan una batalla que, independientemente del ganador, rara vez nos hace sentir bien.Si el caballero (cerebro racional) y el caballo (cerebro emocional) no concuerdan, quién gana? En principio, diríamos que el caballo, ya que tiene mucha fuerza. En realidad, este resultado es más probable antes de que nuestro cerebro haya terminado completamente su desarrollo. Esto sucede, de acuerdo con los estudios, hacia los 21 años. Antes de eso, nuestro lobo pre-frontal aún no terminó de formarse. Por lo tanto, a menos que hayamos adquirido herramientas que compensen su debilidad, estará en condiciones inferiores al ímpetu del sistema límbico.
Una vez que el desarrollo de nuestro cerebro esté finalizado (o casi concluido, ya que nunca deja de evolucionar), es más fácil para la persona ejercer control sobre su lado más instintivo y emocional. Además, la experiencia y las herramientas adquiridas a lo largo del camino de la vida también tienden a ayudar. En ese sentido,
enriquecer estos dos elementos (experiencia y herramientas psicológicas) va a ayudar a impedir que nuestro cerebro emocional asuma el control de nuestros pensamientos y comportamientos. Eso es algo que podría hacernos muy mal."Siga su corazón, pero lleve su cerebro con usted".-Alfred Adler-
Referencias bibliográficas:Van der Kolk, B. A. (1994). El cuerpo conserva la puntuación: la memoria y la evolución de la psicobiología de la tensión posttraumatica.
Harvard revisión de la psiquiatría, 1
(5), 253-265.