¿No puedo o no quiero?

"En estos momentos es imposible tomar una decisión. No puedo". Es muy probable que, en más de una ocasión, alguien cercano haya pronunciado estas mismas palabras. O incluso te habías expresado así, sintiendo un muro que habita en su interior y que le impide avanzar.

"No sé si debo terminar el noviazgo". "Tal vez debería cambiar algunas cosas en mi vida, pero ahora no puedo". "Sé que debería hablar todo lo que siento, pero ahora no puedo." ¿Qué hay detrás de todas estas indecisiones tan habituales? Nuestro día a día se mueve alrededor de una infinidad de inseguridades, que en mayor o menor escala hacen nuestra vida más o menos fácil.

Hoy queremos hablar sobre esta responsabilidad personal y emocional que todos deberíamos desarrollar más adecuadamente. En algunas ocasiones no es fácil, pero con algún esfuerzo y valentía podemos lograr, siendo entonces, más conscientes de las consecuencias de nuestras propias decisiones.

La diferencia entre el 'no puedo' y el 'no quiero'

Seguro que usted conoce a una persona que casi siempre usa esa expresión: "No puedo". Si usted la invita a salir, se habla con ella sobre sus problemas y cuando usted dice que tal vez sería el momento de hacer un cambio en su vida, aparece una vez más la expresión "No puedo". ¿Qué queremos decir con un

"no puedo" ?Si pronunciamos esto, nos eximimos de nuestra propia responsabilidad.Es una manera de sabotear a sí mismo. Con nuestra propia voz, colocamos muros inmensos en todo este campo de batalla que es la vida, y nos rendimos. Si no controlo la situación, dejo de ser responsable de todo lo que me rodea.

Un "no puedo" es dejar a la suerte el rumbo de la propia vida, de las circunstancias y problemas, y eso es verdaderamente aterrador. "Vamos a partir de un ejemplo muy común: " No puedo terminar mi noviazgo, no quiero más esa persona, pero pasé muchos años junto a ella y no puedo hacerlo. ¿Cómo queda entonces nuestra autoestima, coherencia e integridad? Si no somos leales a nuestros propios sentimientos y emociones, con actitudes así, hemos perdido parte de nuestra esencia. Con el tiempo, vendrán la frustración, el sentimiento de pérdida y el vacío. No pienses que haciendo elecciones conscientes serás egoísta.

La responsabilidad emocional Veamos otro ejemplo. ¿Qué sucedería si en vez de decir

"no puedo"

yo lo sustituir por un "no quiero" o un"quiero" ? En este caso ya estamos reconociendo que existe una elección de nuestra parte. Se nota firmeza, determinación, coraje y voluntad de cambio. Es lo que se conoce por "responsabilidad emocional". Haciendo ese sano ejercicio, la persona se vuelve responsable de lo que siente y hace, actúa con coherencia sin perjudicar el libre albedrío de nadie, y las consecuencias de sus elecciones serán genuinamente suyas. La responsabilidad emocional es un pilar esencial de la autoestima y de la felicidad.No se trata de librarnos de nuestros sentimientos, sino de aceptarlos como nuestros y nos atrevemos a tomar decisiones que estén de acuerdo con lo que sentimos. Así, actuamos de manera más íntegra y valiente. Sabemos que

no siempre es fácil actuar de acuerdo con nuestras emociones. La vida es un laberinto complejo, en el que tenemos que lidiar con personas malas y momentos malos, pero vale la pena desarrollar siempre una auténtica y sincera responsabilidad personal. Existe un ejercicio muy simple que puede ayudar y consiste en escribir en una hoja de papel todos sus dilemas y problemas. Para cada una de las opciones coloque al lado un

"No puedo" y un "No quiero"

. Una vez hecho esto, se pregunte acerca de los sentimientos allí escritos y si realmente definen la verdad. Aquí está un ejemplo: "No quiero mi compañero, pero no puedo dejarlo. "No quiero volar en avión, me da miedo" - "No quiero volar en avión" "Mi compañero de trabajo me molesta. Pero no puedo decir eso a él "-" No quiero decir eso a él "" No puedo tomar las riendas de mis propias emociones "-" No quiero tomar las riendas de mis propias emociones ". Pregunte acerca de las afirmaciones hechas, si éstas son realmente verdaderas, y encuentre lo que le impide asumir la responsabilidad emocional sobre su propia vivencia.

Identificar el error es el primer paso para el cambio.