Me gustan las personas que dejan marcas sin tener que herir. Personas que han ganado un espacio en nuestro corazón. Ellas nos enseñaron el valor de la amistad, nos enseñaron a saborear la sinceridad y poder confiar. Gracias a todas esas personas especiales nos enriquecieron y pudimos sentir la verdadera felicidad. Sin embargo, no hemos sido justos con ninguna de ellas.
Estamos llenos de marcas de esas personas que olvidamos demasiado rápido.No porque no apreciamos todo lo que vivimos del lado de ellas o porque no dimos importancia a lo que salimos fortalecidos gracias al apoyo que nos dieron, sino porque dimos una mayor relevancia a todas las personas que de algún modo nos lastimaron.
"Algunas personas llegan a nuestra vida como bendiciones, y otras llegan como lecciones." -Anónimo-
Personas que dejan huellas en forma de cicatriz
Tenemos que saber diferenciar a aquellas personas que nos hacen sentir bien de las que nos hacen sentir mal. Sin embargo, la decisión de soltar las manos, de alejarnos o de simplemente desaparecer nos sofoca. Nosotros permitimos que jueguen con nuestros sentimientos, que continúen tratando mal.Somos conscientes del camino que tenemos que tomar, pero la culpa y los miedos nos hacen dudar.
Damos mucho más importancia a lo que nos marca de forma negativa.Tal vez eso suceda porque es en estos momentos de tristeza, depresión o verdadero horror que empezamos a valorar ya apreciar lo que tenemos. Piense en las veces en que usted estuvo muy enfermo, con gripe, sin poder salir de la cama. ¿No es verdad que entonces usted valora aquellos momentos en que usted está bien? Sin embargo, cuando usted ya no está mal, esa sensación se difunde: lo que es habitual gana polvo, enmascara lo que en realidad es extraordinario.
En el caso de las relaciones, sucede exactamente lo mismo. Las personas que dejan marcas en forma de cicatriz tienden a permanecer por más tiempo en nuestra memoria. Hacemos que sean responsables de nuestro malestar, enfocamos mucho en lo que originaron, en lo que nos hicieron sentir. Esto ocurre de esa forma porque lo que vivimos gracias a ellas es negativo y nuestro instinto de supervivencia continúa resonando en la forma de memoria, en caso de que el destino vuelva a ponernos en una situación semejante.
"Si la vieja herida sangra ... no es vieja." - @ Candidman-
Pero para las personas que dejan marcas, no cicatrices, que deberíamos dar toda nuestra atención. Agradeciendo todo lo que hemos sido capaces de aprender sobre nosotros mismos gracias a estas personas. Teniendo conciencia de cuanto ellas contribuyeron a nuestra vida, sin quitarnos nada. No es necesario sufrir o tener una herida para que alguien nos marque. Las mejores marcas son sutiles, perceptibles sólo para quien sabe apreciarlas.Las marcas de quien vale la pena
Vale la pena enfocar en todos aquellos que dejaron algo bueno en usted. Sin embargo, no servirá de nada hacer esto con los que le hicieron mal y se aprovecharon de ti, si ya los has alejado de tu vida. Tal vez porque si usted actúa así, acabará transformándose en alguien lleno de tristeza que tarde o temprano desarrollará un rencor profundo.
Pregúntese:"qué tipo de marca quiero dejar?"
. Porque así como hay personas que dejan marcas sin herir, podemos transformarnos en personas que también dejan marcas sin causar heridas. No dar importancia a todas las personas que valen la pena puede ser el inicio de una herida que usted dejará en los demás y que se convertirá en una enorme ciza triz. Aunque parezca complicado dejar ir las memorias inundadas de dolor, la verdad es que hay atajos para conseguir hacerlo. Basta con cerrar los ojos, escuchar tu cuerpo y dejarse llevar por lo que deseas, por lo que te hace sentir bien. De repente,esas personas que dejaron una cicatriz en usted desaparecer y serán reemplazadas por aquellas que sólo le trajeron cosas buenas."Tenemos que aprender a dar a las personas el mismo valor e importancia que ellas nos dan."
-Anónimo-Lo normal es que usted no sea el blanco de ningún ser malvado, ni que tenga sólo cartas de infortunio. Probablemente usted acaba de cruzar con alguien que no supo tratarlo de la mejor manera. Pero usted no debe lamentarse por eso, y esas personas tampoco deben convertirse en las protagonistas de los viajes que usted hace a sus memorias. Las personas que merecen toda su atención son las que estuvieron allí cuando muchas huyeron, las que oyeron atentamente cuando muchas fingían hacer lo mismo, las que te marcaron no con una cicatriz, sino con el amor.