Yo adoro esos abrazos que me estremecen, que logran parar el tiempo y detener mi respiración. Me encanta porque me recomponen y me hacen mis miedos vayan muy lejos.Me gustan los abrazos que, aunque no resuelven nada, me ayudan a decir a las adversidades que no van a poder conmigo, que no van a derribar mis muros, ni destrozar mis cosechas.
Adoro esos abrazos porque rompe mis devaneos, me ayudan a mantener un equilibrio y me reconforta.
Los adoro porque me transmiten un cariño tan ideal que me atrevo a pellizcarme para saber si estoy soñando. De esta manera, confieso que esos abrazos son mi debilidad. Me derriten sólo de pensar. Me abrazan, me acogen, y me hacen sentir que la vida no es ni injusta ni mala, y que no hay mejor manera que sentir que a través de la piel.La piel es de quien la arrepiente
Sentir ese cariño hace que mi piel se estremezca y entonces, por un momento, deja de ser mía y empieza a ser de quien la arrepiente. Porque la verdad es que no todo el mundo lo consigue, sólo aquellas personas que ganan los mejores puestos en el ranking de nuestras vidas.
Ellos nos sostienen con sus pilares
, con esos abrazos que llegan cuando las esperanzas se parten, nuestras ventanas rangos y las oportunidades juegan de escondite. Sólo arrepia la piel que se acompaña de ejemplos, de lecciones y de permanencia. Sólo consiguen aquellas personas para las cuales es una suerte poder amar y poder abrazar.
Entonces, cuando la piel se estremeció, nadie se acuerda de las dificultades de la vida. No nos acordamos porque es en ese contacto que se encuentra un motivo por el cual volver a sonreír sin mirar atrás.Amo esos abrazos que recomponen mis partes rotas
Me encanta pensar en aquellos brazos que, cuando me atan, recompone mis partes partidos.Es una sensación maravillosa sentir que el caótico mundo se reorganiza bajo mis pies, que puedo caminar en mi pasado y continuar.
Así me doy cuenta de que para superar los obstáculos hay que confrontar y persistir, aguantar la tempestad y esperar que llegue el mejor. Y con esta idea, vuelvo a unir mis pedazos, los que me salvan y cierran mis heridas.Entonces estoy preparada para saltar en el vacío si me piden eso, a pesar de estar seguro de que no va a ser suficiente. Porque sé que tropezar no es humano, que el humano es pelear.
Compartir
Tal vez sea muy sensible, pero para mí hay gestos que arreglan mi día y resuelven mi vida. Es algo como recargar mis pilas y conectar mi batería a una corriente de alta tensión.
Aunque no explota, eclosionan las mariposas que llevo en mi interior. Entonces todo me parece más bonito, con más colores, con menos cenizas. Una cosa tan maravillosa y tan espectacular que me fascina. Ese es el gran efecto que tienen los abrazos y la razón principal por la cual adoramos recibirlos y contemplarlos.Porque no sólo nos hacen sentir especiales, pero nos brindan la posibilidad de ser únicos
.Únicos, excepcionales y genuinos. Esas son las experiencias que desbordan el alma y que nos recuerdan que todos estamos bajo el mismo cielo, y que de nuestra mano caminan todos los motivos para nunca dejar de sonreír.
Compartir Recomendados para usted