Nuestro verdadero enemigo somos siempre nosotros mismos.Traemos a nosotros mismos todas las veces que ofrecimos cuerdas a posibles desavenencias, oa duelos fundamentados en peleas constantes y discordia, siendo eso tantas veces enmascarado por la máscara falsa de la amistad.
¿Pero qué hay detrás de eso? ¿Además de sentimientos verdaderos? Los sentimientos de verdad pueden encubrir desaceres interminables en el estrecho de relaciones. ¿Qué hay en el otro, que algunas veces, en los conflictos existentes, termina por causar tanta sensación de incomodidad, generando desavenencias en las relaciones?
Cuando se extrapolan los límites aceptables para una convivencia que podría ser armoniosa? Cuando quedamos llenos de dedos y pisando huevos, que son todo menos crujientes?Dificultad es cambiar en nosotros los motivos de los desacuerdos.
Algo sucede cuando usted no es oído y menos aún comprendido de manera acertada y justa. Cuando la cuestión de supervivencia de su bienestar está nocivamente y notoriamente sacudida.
Y entonces me pregunto: ¿Será que somos tan feos así del lado de dentro?Tengo razones para creer que no, a pesar de que todos tenemos defectos que podrían ser perfectamente tolerados. Pero, ¿qué tontería, siempre creemos que estamos seguros, no es así contigo? Así es como sucede conmigo.
Esta verdad no siempre está atribulada a los hechos reales. Podemos sí estar equivocados y también ser nocivos con el universo paralelo al nuestro.Que dejemos la prepotencia de lado, para dar lugar a la realidad verdadera en cuestión.
Sabemos que cuando nuestros egos están duelando, ya no importa mucho quién está bien o quién está equivocado. La gran cuestión es que estamos peleando, y ahora poco importará el verdadero motivo que terminó por iniciar el conflicto en el que estamos afilados, pudiendo tener dentro de nosotros, la certeza de que deseamos que esto se cierre inmediatamente.
Pero, ¿por qué no nos callamos?
¿Por qué no dejamos al otro tener un poco de razón en esa pelea interminable y agotadora?
Sabios son los que saben callarse en el momento oportuno, que no dan cuerdas para que el otro continúe argumentando efusivamente para bien dentro de nuestro órgano sensitivo dotado de sensibilidad: nuestro oído.
Sabemos que cuando nuestros sentidos empiezan a ser sensibles y cuando literalmente nuestro cuerpo comienza a doler, señalando que algo ya no va bien, es el momento donde debemos parar inmediatamente con el factor predominante del error en cuestión.
Nos preservimos
Es realmente triste alimentar a nuestro día con algo que nos cause tanta sensación de malestar. Somos nuestros socios eternos, y llevaremos con nosotros todo lo que hemos guardado aquí, bien dentro de nosotros.
A veces sólo necesitamos ser confortados con nuestra comprensión, así que Dios reposará sus manos enternecidas sobre nuestra cara, haciéndonos creer que somos importantes para nosotros y para Él.
Que la vida es una escuela, y que estamos matriculados ella.Que debemos dar una tregua para la paz, cuando la misma se haga necesaria.Y que reprobar algunas veces no significa que no podemos aprender con más cautela y con más inteligencia en el año venidero.
Que tantas cosas son importantes, pero lo más importante de todo es lo que llevamos dentro de nuestro corazón. Y eso nos llevará a donde vayamos en el futuro.La vida siempre nos enseñará, basta que para ello seamos humildes mediante las situaciones que se desprenden para nosotros en el gran escenario de la vida.
Que podamos ser buenos maestros para nosotros mismos, no dudando nunca de nuestras capacidades innatas, que terminarán por colocar orden en las cuestiones que surjan en esa carretera fecunda del tiempo inmortal de nuestras acepciones.Las cuestiones complicadas que posiblemente brotar en el descenso del escenario de las experimentaciones, posiblemente y permanentemente estarán surgiendo, pero es preciso, con cada nueva experiencia, que maduramos siempre un poco más, pudiendo avanzar un escalón en la gran escalada de esa escuela prometedora.Que la ayuda que necesitamos llegue siempre que podamos escuchar con humildad
, las lecciones que llegan juntas de ese gran maestro que es el otro. Ruego por protección a ti ya los tuyos, y que nunca olvides que el camino necesita ser cuidadosamente trillado por ti, y que la vida es una gran escuela.
Necesitamos avanzar siempre que los embates sean desgustados. Hagamos esto por nosotros y por el prójimo, para que podamos ser los generadores de energías que contribuirán a que ese mundo avance siempre.Sabemos que nuestras actitudes no son vanas;
pasan por el criadero de experimentos que serán reflejados en nuevos esperanzadores, pudiendo en el futuro contribuir al alzar de vuelos que harán que la humanidad evolucione cada vez más.Nada de lo que hacemos quedará parado en el tiempo:todo evoluciona, todo contribuye para que el mundo mueva sus falanges.
Hagamos esto para que el bien se propague, irradiando al universo semillas que brotar un nuevo mundo de paz y de verdad, que hará que todo progrese. Seamos afortunados, seamos las formas vívidas del amor verdadero, que nace del relacionarse con la sabiduría necesaria, para que todo lo que hagamos sea prodigioso.Seamos el amor vivo y translúcido, no olvidándonos nunca de que la gran victoria es poder vencer a sí mismo. Y para eso, basta que sigamos hacia el embarque de esta nave profunda y lúcida, que somos nosotros.