Si la puerta no se abre, simplemente no es la puerta correcta, mucho menos el camino. En algunas ocasiones, sin embargo, hemos invertido mucho tiempo y esfuerzo buscando claves para abrir una puerta que no podrá nunca ser abierta. A veces ni hay puerta. Porque hay destinos imposibles, personas que no encajan en nuestras cerraduras y caminos por los que es mejor no transitar.
Es cierto, sin embargo, que ninguno de nosotros golpea nuestro destino personal en el primer momento. Cabe decir también que no es erróneo perderse de vez en cuando. Abrir puertas que luego cerramos de nuevo es bueno para adquirir experiencia, para saber quién está y quién no está entre lo que vale la pena la inversión. En estos casos ganamos experiencia y debemos ir sin miedo, pero con equilibrio y una actitud correcta.
Cuando una puerta que un día nos dio felicidad se cierra, generalmente otra se abrirá. Pero no siempre podemos verla de inmediato, porque acabamos pasando gran parte del tiempo lamentando por la puerta que ya no puede ser abierta, siendo que para esa no tenemos más la llave, entonces de nada sirve ... CompartirLos psicólogos y sociólogos se sienten preguntaron durante mucho tiempo lo que hace que elegimos un determinado camino y no otro. Se suele decir que nuestras elecciones nos definen muy bien, pero en realidad muchos de los mecanismos que nos hacen ir en una determinada dirección y no en otra siguen no siendo conscientes. Le invitamos a pensar en ello. Una puerta cerrada a veces puede ser un muro a ser derribado. La voz popular siempre nos dice que cuando una puerta se cierra otra se abre.
También solemos oír otra frase que dice que la felicidad es como las mariposas ... si la perseguimos, nos escapa. Si nos quedamos quietos, ella viene a nosotros. Ahora, si lleváramos esos dichos al pie de la letra llegaríamos a la conclusión de que las oportunidades aparecen solas, como por arte o por magia.
Cuando una puerta se cierra solemos quedarnos bastante tiempo lamentando la imposibilidad de seguir ese camino . Nadie reacciona tan rápidamente para poder ver otra salida, otra opción que podría ser mejor, un camino mejor. Por otra parte, ya modo de ejemplo, vale la pena conocer un interesante libro "El arte de elegir", el psicólogo Sheena Iyengar, que en la traducción al portugués que se llama "El arte de elegir."
La doctora Ivengar es ciega. Cuando llegó a Canadá desde la India, sabía que su familia, como pedía su cultura, iba a decidir con quién se casaría en el momento oportuno. Su ceguera le daba la idea de que no conseguía salir de ese círculo, de esa prisión personal. Sin embargo, gracias a sus días en la universidad, se hizo consciente de que las mentes ajenas no tienen derechos para elegir por nosotros, sea lo que sea.Las puertas que otros cierran para nosotros son también muros que podemos y debemos derribar.
Actualmente, Sheena Iyengar es una gran referencia en la psicología de las elecciones personales.
CompartirVolver y volver a empezar cuando muchas puertas se cierran para nosotrosTal vez, en algún momento de nuestro ciclo vital, no hayamos tomado las mejores decisiones. O puede ser, incluso, que esto suceda durante un período de tiempo largo. Tiempo suficiente para hacernos creer que eso es lo que tenemos para nosotros para siempre.
Pero no se puede olvidar que detrás de las puertas cerradas queda con nosotros el vacío y la tristeza constantemente removida.
Tal vez estemos hablando de una relación, de un trabajo o de una amistad que no terminó muy bien. El destino no es algo que deberíamos ver, el destino debemos crear por nosotros mismos, con determinación y valentía, abriendo las puertas más adecuadas. Compartir
Ahora que ya sabemos que no siempre las puertas que elegimos se abren de forma inmediata, vamos a hablar de las puertas de emergencia con las que podemos encontrar una nueva salida hacia la verdadera felicidad. Vale la pena reflexionar sobre estas cuestiones para entender que la vida, en realidad, es un laberinto de puertas por las que podemos transitar, cruzar, aprovechar, aprender y sin duda ... cerrar.Llaves para encontrar el camino más adecuado
Ningún camino escogido a lo largo de su viaje existencial fue en vano. Lejos de arrepentirse por haber cruzado una puerta, por tener, por ejemplo, mantener una relación, por haber iniciado un proyecto y no concluirlo, simplemente por tener frustraciones en el lugar de alegrías, es necesario asumir todo lo que se ha vivido como oportunidades de aprendizaje. Porque toda la cicatriz enseña, y todo camino equivocado supone también una invitación al reanudamiento.Entiende que
cuando algo termina, la felicidad no se reinicia sola automáticamente
. Es necesario pasar por un tiempo en el que reconstruimos a nosotros mismos, nos conectamos con nosotros de nuevo y cerramos adecuadamente las puertas, las etapas. Llegará un momento en que nos sentiremos preparados. Lejos de mirar hacia atrás, sentiremos de nuevo la invitación de mirar hacia adelante, de volver a imaginar ya caminar ahora con más seguridad y más sabiduría.
- Entiende que, además de no existir un camino ideal, ninguna puerta tiene la clave de la felicidad eterna o de la solución de todos nuestros problemas. Es el propio viaje que nos da las respuestas, y las alegrías vienen y van. La única cosa que necesitamos es ser más receptivos y, ante todo, valerosos para cruzar los caminos desconocidos maravillosos que están ahí para ser descubiertos por nosotros ...