Uno de los aspectos más interesantes de la glándula pineal es que incluso siendo tan pequeña (sólo 8mm) recibe un inmenso flujo de sangre , casi tanto como nuestros riñones. Tiene el formato de árbol (de ahí su nombre "pineal"), pero su tronco, sus ramas, suele solidificarse muy temprano. Entre los 12 y los 20 años ya demuestra una cierta calcificación.
Sin embargo, sigue cumpliendo con muchas de sus funciones esenciales. Explicamos más a continuación. La glándula pineal es una estructura sensible a la luz, por lo que una de sus principales funciones biológicas es secretar melatonina . Esta hormona se deriva de la serotonina y moldea nuestros patrones de vigilia y sueño (los ritmos circadianos) y regula nuestra entrada en la pubertad. Además, se sabe que actúa como un agudo reloj biológico y que su actividad es muy intensa hasta los 7 o 8 años, momento en que la producción de melatonina comienza a caer y poco a poco comienzan a entrar en acción los mecanismos de la " madurez sexual.
Sin embargo, algunos estudios indican que esta estructura es muy sensible a ciertos productos químicos ambientales. Se constató que en algunos estados americanos las niñas entraron en la pubertad más temprana debido a la exposición a ciertos componentes, como por ejemplo el fluoruro. Por lo tanto, estamos ante una glándula que a pesar de estar integrada justamente en el centro de nuestro cerebro, es increíblemente sensible al ambiente en que estamos insertos.
Es un minúsculo componente biológico en el ser humano y un órgano vestigial en algunos animales.
La tuatara, por ejemplo, es un tipo de reptil endémico de Nueva Zelanda conocido por tener bien en el centro de su cabeza un tercer ojo parietal o pineal. Tiene una retina, es cristalino y cumple funciones hormonas y de termorregulación. Sin duda, algo fascinante.
Cómo cuidar de ese pequeño regulador interno Los neurólogos buscan por encima de todo separar ese aspecto místico o espiritual del científico. Estamos ante una pequeña estructura que presenta muchos aspectos aún desconocidos y por eso publicaciones como el "Journal of Pineal Research" nos ofrecen constantes estudios para delimitar un poco más la epífisis cerebral, que muchos consideran como una "llave maestra" de la activación de gran parte de nuestras glándulas internas.Proponemos ahora un simple ejercicio.
A partir de ahora vamos a tener en mente ese "pequeño ojo" interno que regula secretamente muchos de nuestros ciclos en el día a día. Piense en él como si fuera una brújula y como un pequeño y maravilloso órgano que le permitirá sintonizar mucho mejor su cuerpo y el ambiente a su alrededor.
Llaves para cuidar de nuestra glándula pineal A continuación le daremos algunos consejos para que usted cuide de esta clave maestra:Ajuste sus ciclos y hábitos de vida
. La glándula pineal es un regulador endocrino sensible a la luz, lo que significa que debe mantener una adecuada armonía con los ritmos de la luz del sol. Por eso, es aconsejable dormir siempre a la misma hora.
Otro aspecto a tener en cuenta sobre esta estructura es que los campos electromagnéticos la afectan.
De la misma forma que la luz, estos tipos de ondas interrumpen el proceso de secreción de melatonina. Algo tan común como ir a la cama con el celular o el ordenador puede provocar pequeños cambios en la glándula pineal. Todo esto se traduce en insomnio, fatiga, estrés o reducción del rendimiento en el trabajo ... Es muy importante tener esto en mente.
La meditación y los instantes de calma. La epífisis cerebral permite potenciar nuestros instantes de calma y relajación para conectarnos mejor con nosotros mismos. Las personas que practican la meditación experimentan una sensación agradable gracias a las endorfinas liberadas por la glándula pineal, recompensando por esos instantes enriquecedores donde cuerpo y mente se encuentran en armonía.
Como usted puede ver, estamos ante un tema interesante que tiene nuevos aspectos siendo descubiertos cada día.