La menor acción es mejor que la mayor intención

Olvidamos la grandeza de los menores actos y valorizamos demasiado, en algunas ocasiones, las palabras que nos transmiten las grandes intenciones. Pensar y actuar no es lo mismo, mucho menos hablar y hacer. Por muy insignificante que sea una acción, ella siempre tendrá más valor que aquello que queda en el aire.

No somos conscientes del valor de los hechos cotidianos, ni de los demás, ni de nuestros. Es con estos pequeños detalles y granos de arena que podemos construir verdaderas sonrisas, generar emociones intensas y empezar a construir nuestros sueños.

Las palabras que no son seguidas de hechos no valen nada

Las palabras son un recurso de gran alcance para los que saben usarlas. Gracias a ellas las negociaciones se cierran, las relaciones comienzan y las promesas se crean. Pero una cosa es emitir un mensaje o una intención y otra bien diferente es transformar todo eso en realidad a través de acciones.

Crear expectativas en relación a los demás oa nosotros mismos puede generar frustración, decepción o rabia. Por supuesto que somos libres para hablar lo que queremos, pero no podemos olvidar que el pescado muere por la boca. Si no vamos a cumplir con lo que decimos, es mejor quedarnos callados. ¿Para qué sirve crear ilusiones en los demás y en sí mismo?

No podemos olvidar que las palabras son un arma de destrucción masiva en la boca de personas manipuladoras . Dejarse llevar por lo que otros dicen es un cuchillo de dos filos que en algunas ocasiones puede atrapar en una tela de araña.Sus acciones lo definen más que sus palabras

La mayoría de nosotros generalmente habla más de lo necesario, creando promesas que terminaremos por no cumplir. Esto no quiere decir que no existan buenas intenciones detrás de nuestras palabras, pero también es importante remodelar el valor que otros dan a lo que decimos para ellos. Para usted, puede ser que sea un comentario socialmente aceptable para una época que no llega nunca o que usted realmente piensa que va a cumplirlo, pero tal vez para la otra persona su mensaje tenga un valor incalculable. La cuestión es que vamos a ser recordados por lo que hemos hecho, y no por lo que hemos dicho.

Sus comportamientos hasta cierto punto lo definen y son los pequeños detalles que hacen la diferencia. Por esta razón, el menor gesto tiene más poder que las palabras más bellas y las intenciones más ilimitadas . ¿Por qué, quién valora más, alguien que le dice lo que usted quiere o alguien que realmente demuestra algo?

Al final, una persona deja su marca compuesta por sus actos realizados. La acción es la marca duradera de cada uno de nosotros.

Los hechos no dejan de existir sólo porque son ignoradosLas palabras vuelan, se deshacen y desaparecen y hasta pueden deformarse. Pero un hecho siempre marcará el momento en que ocurrió, por más que alguien intente ignorarlo.Un hecho no puede deformarse nunca, sólo puede transformarse lo que se cuenta sobre él, y eso son palabras ...

La cuestión es que: valoramos las acciones que los demás tienen en relación a nosotros y las que tenemos en relación con nosotros mismos? Estoy seguro de que no, y de que a veces nos dejamos llevar por las palabras. Pero recuerde que una acción demuestra, una palabra sólo emite un mensaje que puede o no llegar a cumplirse.