Somos muy jóvenes para estar tan tristes

La actual situación económica, política y social, marcadamente negativa, está afectando a toda una generación de jóvenes con sentimientos y expectativas negativas. Muchos se sienten así y están viviendo de ese modo, pero es difícil expresarse. Justamente antes de la situación empeorar aún más, había la esperanza de que esa generación no tuviera que esperar tanto tiempo para que la situación se normalizara. Ahora vemos que ese era un punto de vista muy optimista, que la crisis se agravó y la única solución es seguir caminando.

Muchos jóvenes se identifican con la frase que es título de este artículo, jóvenes que no tienen ningún problema de salud o carencias básicas, pero que han visto sus expectativas para el futuro frustrarse de una hora para la otra, tanto expectativas académicas, de trabajo, de independencia con respecto a los padres, etc. Aún así, somos muchos jóvenes para estar tristes. Pero, a veces, el desapego y la apertura para tratar las cuestiones de la crisis que muchos llevan como vergüenza, como el desempleo, es el primer paso para conocer las condiciones de los tiempos actuales y detectar posibles casos de depresión o ansiedad. La influencia de la tristeza en los jóvenes

La felicidad y la tristeza no son un todo o nada;

cada día podemos experimentar emociones distintas ya lo largo de una semana podemos pasar por momentos muchos tristes pero también por momentos de intensa alegría. Pero el denominador común de esta generación joven es el siguiente: la desesperanza en relación al futuro.Tenemos que ser conscientes de que la desesperanza es uno de los principales desencadenantes para que se instale un episodio depresivo. Actualmente se ha producido un aumento en los casos de depresión diagnosticados en la generación actual de jóvenes

en relación a la generación anterior. Muchos de los jóvenes que han pasado toda su vida estudiando ahora están obligados a trabajar en posiciones que no tienen nada que ver con su área profesional. Otros inmigraron y también pasaron a trabajar en posiciones no concordantes con sus formaciones en otros lugares. Nadie nunca está preparado para la crisis

, y muchas veces en un espacio muy corto de tiempo todo cambia y tenemos que hacer uso de recursos personales ante situaciones de estrés que se extienden día tras día. Es importante, por lo tanto, dejarnos de culpar y asumir que la generación recién formada está dando su cara a la tapa, incluso con una valentía ante la situación que nos hace pensar que la crisis siempre estuvo ahí, pero en realidad surgió y, transformó la realidad hace poco tiempo. Tenemos que sacar lecciones de todo lo que sucedeNo el mismo caso cuando esta actual crisis económica afecta a una persona que ya contaba con una posición estable y una trayectoria reconocida. Se trata de encontrarse en esa situación justo cuando llega la hora de entrar en el mercado de trabajo, y lo único que encontramos es puertas cerradas.

No demostró su capacidad porque no dejaron, remató contra la corriente, desorientado. Pero gracias a todo lo que está pasando está aprendiendo lecciones de una vida entera. Por eso, cuando estamos triste, tenemos que pensar en todo lo que estamos ganando más allá de lo que también estamos perdiendo.Ante todo, tenemos que sacar lecciones de todo lo que sucede con nosotros. Vamos a desarrollar una empatía y una conciencia social para analizar los problemas del mundo desde diversas perspectivas. Nuestra resiliencia así se desarrollará rápidamente, y nuestra inteligencia emocional también podrá sacarnos de las malas situaciones a partir de los aprendizajes que sacamos de ese desarrollo.

Somos más abiertos, menos ingenuos y también más solidarios.

Valoramos el honor, la sensibilidad, la decencia como pocas generaciones anteriores. La hipocresía es considerada hoy enemiga, así como la vanidad y la extravagancia. Estamos preparados para el cambio, y lo haremos de la mejor manera; dejaremos una nueva forma de hacer las cosas para las generaciones siguientes. Puede ser que en muchos días su resistencia psicologica esté quebrada y usted necesita levantarse, pero somos muchos jóvenes para estar tan tristes; debemos levantarnos y seguir adelante. Estamos tristes, pero estamos juntos

Si cualquier persona pasa sola por cualquier situación depresiva o de desesperanza, puede ser que la viva con miedo y vergüenza, pero en realidaden esa situación la tristeza es soportable si nos sentimos parte de una red de personas
que está pasando por situaciones muy parecidas. No relajamos porque está caótico para todo el mundo, pero ocurre un fenómeno psicológico de unión: nuestra culpa se hace más leve, se disipa, ya que no atribuimos nuestra situación a aspectos internos, estables y globales de nuestra persona, pero nos damos cuenta que se trata de un mal compartido. Ante esta situación no cabe aislarse, ya que lidiar con la situación de un modo pasivo y pesimista no ayuda en nada. Tenemos que arreglarnos, vestir y salir aunque no tengamos voluntad. La voluntad ya aparece. Y es así, ahí fuera, que surge la oportunidad de retomar la vida. Como decía Jean Paul Sartre:

"No perdimos nada de nuestro tiempo. Tal vez no sea el mejor, pero es el nuestro.

Compartir