Entre las características de una persona práctica está el hecho de que se concentra en realizar acciones concretas, que tienden a alcanzar objetivos claramente útiles y con una respuesta más o menos inmediata. Para quien piensa y actúa de esa manera, todo aquello que no muestra una ventaja aparente con poco riesgo no es interesante y no tiene valor.
Para una persona práctica, el proceso no importa tanto, ni el método. Lo que más importa es el resultado. Si este resultado muestra beneficios, es probable que los medios para conquistarlo estén justificados. En esta línea de pensamiento, para esas personas el mundo abstracto de las ideas, de las emociones y de los valores no tiene mucho sentido. Ellos simplemente piensan: si funciona, es correcto. Si no, hay que explorar más el proceso para ver qué sucedió.
"El desafío de la modernidad es vivir sin ilusiones y sin desilusionarse."
-Antonio Gramsci-
En principio, puede parecer que una persona práctica es alguien sin escrúpulos, pero no es así. Simplemente, para ellas, tiene más valor aquello que trae resultados concretos, y no las especulaciones o las intenciones. De alguna manera esas personas las temen porque saben que pueden quedarse sólo en las palabras, sin llegar a resultar en hechos específicos.
Las personas con una inclinación práctica traen contribuciones muy relevantes, especialmente en momentos de dificultad o crisis. Hay muchas situaciones en las que lo que importa es actuar, y no especular o teorizar. Si alguien sufre un ataque del corazón, o una empresa entra en decadencia, lo que se debe hacer es actuar. Es en ese momento que una persona práctica muestra todo su potencial. Este tipo de persona también suele tener otras características interesantes, como las siguientes:
Las características de una persona práctica
1. Son realistas
Si hay algo que una persona práctica tiene, es una noción de la realidad muy bien establecida. Ellas captan fácilmente lo esencial de una situación o una persona. Sobre esta base, ellas definen cómo sus planes encajan y actúan, no se pierden en detalles.
Más que mirar como podrían ser las cosas, se preocupan por ver cómo realmente son. Esto se transforma en el sustrato de su forma de actuar. Pueden ser groseros, o a veces un poco gruesos, pero definitivamente tienen los pies bien colocados en el suelo. Los ideales y los mundos perfectos no son espacios en los que se atreven a adentrarse.
2. Se deciden
Cuando una persona es práctica, establece metas bien definidas y va detrás de ellas. Difícilmente es vista dudando, especulando o vacilando. Ciertamente también pueden ser reflexivas, pero separan fácilmente las ideas y las transforman en acciones. Ellas prefieren probar en realidad que reflexionar por medio de juegos mentales.
Todo esto las transforma en personas muy decididas. No les gustan los rodeos ni los medios-términos. Como ya dijimos, prefieren evaluar la validez de sus metas y de sus proyectos en realidad, no en el pensamiento. Ellas son capaces de cambiar de dirección cuando la realidad les muestra que están en el camino equivocado porque sienten poco apego por la forma o por la manera en comparación con lo que sienten por el objetivo que se propusieron. 3. Asumir riesgos
Visualizar, medir, sondar y considerar los riesgos con muchos detalles no es algo que seduce a una persona práctica. Ellas entienden que cualquier circunstancia implica altos y bajos. Sin embargo, eso no las detiene.
Este tipo de persona tiene los ojos dirigidos a los resultados. Ellas saben que para llegar a determinado punto, es necesario asumir riesgos y estar dispuesto a cometer errores. Esto no hace que esas personas pierdan el sueño. Ellas creen que siempre hay otro camino para llegar al mismo punto. Por lo tanto,
no retroceden cuando se enfrentan a la posibilidad de fallar. 4. No dependen de los elogios o de las críticas
No hay nada menos práctico que vivir en función de la aprobación de los demás.
Para lograr un gesto de aceptación, hay personas que están dispuestas a desviarse de sus caminos oa asumir posturas que van contra sus propios pensamientos. Esto no sucede con una persona práctica. Muy al contrario, las personas con una perspectiva práctica de la vida son conscientes de que toda acción está sujeta a la crítica. Sin embargo, para actuar no dependen de que los demás aprueban o desaprovechan su idea. En ese sentido, no pasan mucha energía tratando de agradar a los demás.
5. Saben priorizar: trabajan con jerarquías y se prenden a ellas.
Las personas prácticas son personas de acción. Pero para que una acción sea correcta, debe responder a un mínimo orden ya un criterio definido. En particular, una cadena de acciones lleva a la conquista de buenos resultados cuando se sabe distinguir entre lo que es importante y qué accesorio.
Saber priorizar es exactamente tener un buen criterio para clasificar las acciones que merecen mayor atención. Y también las que deben realizarse primero para hacer posibles o más fáciles las otras.
Quien tiene un pensamiento práctico es bueno en priorizar y seguir tal orden. Difícilmente usted encontrará una persona que sea totalmente práctica o totalmente especulativa.
Casi todos nosotros tenemos características de uno u otro perfil y las aplicamos de manera diferente en diferentes situaciones. Cada una de estas perspectivas es muy valiosa y trae beneficios diferentes. Son complementarios y no excluyentes. Independientemente de cómo sea, la verdad es que es positivo para todo el mundo cultivar un poco de ese lado práctico, especialmente a la hora de enfrentar dificultades que requieren una solución inmediata. ¿Se ha identificado con alguna de estas características de una persona práctica?