Me gustaría decir todo aquello que nunca le dijo porque daba por cierto que siempre tendría tiempo para contar lo orgullosa que estoy de ti. Pensé que decir tantas veces lo importante que usted fue para mí haría que las palabras perdieran su valor, pero ahora sólo consigo pensar que aunque usted olvida todo, hasta su nombre, nunca olvidar lo que usted hizo por mí, mamá.No dejo de pensar que gastamos mal las palabras y los momentos porque no aprovechamos el tiempo para decir lo que sentimos cuando pudimos. El tiempo es caprichoso, y ahora que la enfermedad de Alzheimer está llevando sus recuerdos, haciendo que usted olvida quién es usted,
percibo el valor que damos a todo lo que perdemos, pero que no aprovechamos cuando tenemos. Y aunque pueda confesar que cuidar de ti fue más difícil de lo que pensaba, no me arrepiento de ningún segundo que te dediqué a ti, así como tú me dedicó a mí cuando me criaba.
Yo soy el que soy gracias a ti, a tus esfuerzos, y por eso promete cuidar de ti hasta tu último suspiro. Una pequeña explosión de luz en la oscuridadAl principio, la forma en que usted estaba cambiando era difícil de creer
. Yo lo veía tratando de deshacer los nudos de sus ideas, con sus recuerdos cada vez más borrosos y con un futuro aún más doloroso por venir. La enfermedad de Alzheimer es mayor que tú y tenemos que acostumbrarnos a vivir a tu sombra.
Se suele decir que es el enfermo que no reconoce a los familiares, pero en ese caso, yo que tenía dificultad para reconocerla. Cada día que pasaba su mirada estaba más ausente, como si se reflejara el vacío que se iba creando en su cabeza, para ser llenado por olvido.Es muy difícil ver cómo usted marchita poco a poco, como deja de hablar conmigo, de aconsejarme, e incluso de reprenderme. Yo daría cualquier cosa para tener otra discusión con usted, más un abrazo, una mirada, por un pedacito de ese pequeño universo que dividíamos y al que no volver nunca más.
Recuerdo cómo se hizo fuerte para superar las dificultades, pero sin pisar a nadie en el camino, de cómo luchaba contra el viento y la marea para librarme del peligro, sin que me faltar nada a pesar de que nunca habíamos vivido en abundancia , y de cómo usted me enseñó que valorar a la familia es siempre el más importante en la vida porque, sucediera lo que sucediera, siempre seríamos yo y usted.
Así era usted, fuerte, valiente, luchadora y brillante. Usted era amor y vida. Y ahora usted es olvido, debilidad y vacío.
Pero usted es mi mamá, y usted es al mismo tiempo nada. Aunque pase todo ese sufrimiento, para mí siempre será usted y cada explosión de luz que la quita de la oscuridad a la que el Alzheimer le sometió, me recuerda que suceda lo que suceda, cada segundo a su lado vale la pena.
Aunque me olvide, siempre la guardaré en mi corazón No estoy preparada para que su luz deje de brillar y usted diga adiós para siempre. No estoy dispuesta a olvidar quiénes somos, qué hemos sido o los planes para el futuro que nunca llegar a hacer. No estoy preparada para soltar su mano en el camino de la vida porque ya no tendré a nadie que me ayude a levantarse si vuelvo a caer.
Dicen que las despedidas son difíciles, pero nadie habla de lo difícil que es despedirse de la persona que más ama en la vida porque ella está dejando de ser ella misma, porque el olvido ocupó su ser, su esencia, aunque siga su presencia , pero no es ella.
Pero si hay algo que puedo hacer por ti, aunque ya no esté ahí, es sostener tu mano con fuerza para que no te sientas sola , para acompañarla en tus últimos días y para que te sientas el cariño se merece, porque aunque me olvide, yo siempre la guardaré en mi corazón.