Después de la muerte de los padres, la vida cambia mucho.Enfrentar la orfandad, incluso para las personas adultas, es una experiencia sorprendente. En el fondo de todas las personas siempre sigue viviendo aquel niño que puede correr a la madre o al padre para sentirse protegido. Pero cuando se van, esta opción desaparece para siempre.
Usted dejará de verlos, no por una semana, ni por un mes, sino por el resto de la vida. Los padres fueron las personas que nos trajeron al mundo y con quienes compartimos lo más íntimo y frágil. Ya no estarán presentes aquellos seres por los que, en gran parte, llegamos a ser lo que somos.
"Cuando un recién nacido aprieta con su pequeña mano, por primera vez, el dedo de su padre, éste queda preso para siempre."-Gabriel García Márquez-CompartirLa muerte de los padres: entre hablar de ella y vivirla, hay un gran abismo ...
Nunca estamos plenamente preparados para enfrentar la muerte, aún más cuando se trata de la muerte de los padres. Es una gran adversidad que difícilmente puede ser superada totalmente. Normalmente, lo máximo que se consigue es asumirla y convivir con ella. Para superarla, al menos en teoría, deberíamos entenderla, pero la muerte, en el sentido estricto, es totalmente incomprensible. Es uno de los grandes misterios de la existencia: quizás el más grande. Obviamente,
la forma en que asimilamos las pérdidas tiene mucho que ver con la forma en que ocurrieron. Una muerte de las llamadas por "causas naturales" es dolorosa, pero un accidente o un asesinato es mucho más. Si la muerte ha sido precedida por una larga enfermedad, la situación es muy diferente de cuando ocurre de forma súbita. También influye el tiempo entre la muerte de uno de otro: si ha habido poco tiempo, el duelo será más complejo. Si al contrario, el lapso es más extenso, seguramente la persona estará un poco mejor para aceptarlo. No sólo es el cuerpo que se va, sino todo un universo
. Un mundo hecho de palabras, de caricias, de gestos. Incluso, de repetidos consejos que a veces irritaban un poco y de "manías" que nos hacían sonreír o frotar la cabeza porque los reconocemos en ellas. Ahora empiezan a sentirse ausentes de una forma difícil de lidiar.
La muerte no avisa. Puede ser presumida, pero nunca anuncia exactamente cuándo llegar.Todo se sintetiza en un instante y ese instante es categórico y determinante: irreversible. Tantas experiencias vividas al lado de ellos, buenas y malas, se estremecen de repente y quedan sólo en recuerdos. El ciclo se cumplió y es hora de decir adiós.
"Lo que está, sin estar" ... En general, pensamos que ese día nunca llegará, hasta que llegue y se haga real
. Nos quedamos en estado de shock y vemos sólo un ataúd, con el cuerpo rígido y quieto, que no habla y no se mueve. Que está allí, sin estar allí ...
Porque con la muerte empiezan a ser comprendidos muchos aspectos de la vida de las personas fallecidas. Aparece una comprensión más profunda. Tal vez el hecho de no tener las personas queridas presentes suscita en nosotros el entendimiento sobre el por qué de muchas actitudes hasta entonces incomprensibles,contradictorias o incluso repulsivas. Por eso, la muerte puede traer consigo un sentimiento de culpa frente a aquel que murió. Es necesario luchar contra ese sentimiento, ya que no añade nada y se hunde en más tristeza, sin poder remediar nada. ¿Para qué culpar si usted no cometió ningún error? Somos seres humanos y acompañando esa despedida, necesita existir un perdón: de lo que se va hacia el que queda o de lo que queda para con aquel que se va.
Disfrútalos mientras puedas: no estarán ahí para siempre ...Cuando los padres mueren, independientemente de la edad, la gente suele experimentar un sentimiento de abandono. Es una muerte diferente de las otras. Por su parte, algunas personas se niegan a dar la importancia que el hecho merece, como mecanismo de defensa, en forma de una negación encubierta. Pero estos lutos no resueltos retornan en forma de enfermedad, de fatiga, de irritabilidad o síntomas de depresión.
Los padres son el primer amor. No importa cuántos conflictos o diferencias hayan existido con ellos: son seres únicos e insustituibles en el mundo emocional. Incluso siendo autónomos e independientes, aunque nuestra relación con ellos ha sido tortuosa. Cuando ya no están, pasa a existir una sensación de "nunca más" para una forma de protección y de apoyo que, de una forma u otra, siempre estuvo allí. De hecho, aquellos que no conocieron a sus padres, o se alejaron de ellos muy temprano, suelen llevar esa ausencia como un lastre toda la vida. Una ausencia que es presencia:
queda en el corazón un lugar que siempre les pertenece.
De cualquier forma, una de las grandes pérdidas en la vida es la de los padres. Puede ser difícil de superar si hubo una injusticia o negligencia en el trato de ellos. Por eso, mientras estén vivos, es importante tener conciencia de que los padres no estarán allí para siempre. ¿De qué son, genética y psicológicamente, la realidad que nos dio origen. Que son únicos y que la vida cambiará para siempre cuando salen.