El lorax es uno de los medicamentos más vendidos actualmente, casi tanto como la aspirina. El hecho de haberse convertido en uno de los medicamentos más prescritos para tratar la ansiedad y el insomnio se debe a una razón: él puede relajarse sin interferir en nuestras actividades diarias. Sin embargo, cuidado, estamos ante un tipo de benzodiazepina que, por lo tanto, puede generar dependencia.
La mayoría de nosotros conocemos a alguien que incluye en su vida diaria ese pequeño ritual: tomar un pequeño y casi insignificante comprimido, el lorazepam. Puede incluso que nosotros mismos tengamos lo incluido en nuestras prescripciones médicas o, aún más, entre los medicamentos que estamos consumiendo desde hace mucho tiempo. Sin embargo ... somos conscientes de que la administración de este medicamento no debe exceder de 12 semanas?
El lorax es uno de los medicamentos psicotrópicos más prescritos, cuyo principio activo es Lorazepam. El resto son componentes tales como la lactosa, la celulosa, la amberlita y el estearato de magnesio.Compartir
Puede que sepamos esto, que hayamos leído o oído. Sin embargo, las cosas son como son, la vida es muy exigente, los problemas caóticos y las noches muy largas. Por lo tanto, es común que los médicos de atención primaria ya estén más que acostumbrados a prescribir el lorax mes tras mes, al punto de tener una buena parte de la población (especialmente los ancianos) ya incapaces de funcionar en su día a día sin este pequeño comprimido.
Es eficaz, sin duda, cumple sus propósitos: tratar la ansiedad y el insomnio. Sin embargo, algo que no podemos olvidar es que el lorax es una droga psicotrópica que tiene efectos colaterales y genera dependencia. Lorax, ¿qué es y para qué sirve?
El lorax contiene un principio activo que debe darnos sueño, el Lorazepam. Estamos, por lo tanto, frente a un tipo de fármaco de la familia de benzodiacepinas y que funciona actuando sobre los receptores GABA de nuestro cerebro. ¿Qué significa esto? Básicamente, que su mecanismo de acción potencializa cinco estados muy específicos:
reduce la ansiedad, es amnésico, es sedante e hipnótico, anticonvulsivo y relajante muscular. Por lo tanto, es común que los especialistas y médicos de atención primaria lo prescriban para los siguientes propósitos:
Tratamiento a corto plazo de estados de ansiedad y tensión.
- Para tratar los trastornos del sueño.
- El lorax generalmente se prescribe junto con otros medicamentos psicotrópicos para el tratamiento de la depresión.
- También es eficaz para las personas con epilepsia.
- Generalmente se administra como un tratamiento para el síndrome de abstinencia.
- ¿Qué debemos saber antes de tomar lorax?
Hay personas que recurren a sus centros de atención primaria teniendo en cuenta muy claramente lo que quieren: la receta de lorax para poder dormir mejor, quieren el mismo tratamiento que su compañero de trabajo, su hermana o su profesor de yoga. Debemos tener mucho cuidado con estas cuestiones, con el mundo de la psicofarmacología y especialmente con nuestra salud.
No debemos olvidar que cada persona es diferente, cada cuerpo responde de cierta manera y cada organismo se adapta mejor a algunas estrategias ya otras no.
El lorax es efectivo, es útil y nos servirá de ayuda, no podemos negarlo. Sin embargo, siempre podemos empezar con otro tipo de estrategias para manejar la ansiedad o tratar el insomnio antes de recurrir a la farmacia. Por lo tanto, nunca es demasiado tener en cuenta una serie de consideraciones anteriores: El lorax contiene 1 mg de Lorazepam, un tipo de benzodiazepina y, por lo tanto, genera dependencia después de varias semanas.
La duración del tratamiento debe ser, por lo tanto, la más corta posible.
- El tratamiento debe ser acompañado por un profesional de la salud.
- Siempre debe tomarse antes de ir a la cama. No debemos consumirlo si debemos realizar cualquier actividad que exija nuestra atención, como conducir.
- Nunca debemos exceder las dosis recomendadas.
- Se recomienda no tomar lorax si tiene problemas respiratorios, apnea del sueño, así como enfermedades hepáticas o renales.
- Está contraindicado durante el embarazo y la lactancia.
- Efectos asociados a Lorax
- Ya hemos señalado en repetidas ocasiones que
todos los tratamientos con benzodiazepinas mantenidos por más de 12 semanas generan dependencia física y mental.
Por lo tanto, durante este período de tratamiento, también debemos programar la retirada del mismo, para que la supresión definitiva de ese medicamento no sea traumática para nuestro organismo. Hacer esto de forma brusca, o sea, dejar el lorax de hoy para mañana, hará que experimentamos una gran variedad de síntomas tan irritantes como debilitantes, tales como dolores de cabeza, aumento de la ansiedad, confusión, dolores musculares ... Usted debe hacer esto correctamente y debe realizar de acuerdo con las directrices de los médicos. Por otro lado, tampoco podemos ignorar los efectos colaterales asociados al consumo de este tipo de droga psicotrópica. Si bien es cierto que estamos ante un medicamento relativamente "leve" y que no altera nuestra vida diaria, el problema viene cuando nuestro organismo desarrolla la tolerancia por un lado, y la dependencia por otro, de sus principios activos. Vamos a ver sus efectos. Fatiga.
Debilidad muscular.
Visión borrosa. Boca seca o angioedema (inflamación de la lengua). Caídas de presión.
- Hipersensibilidad de la piel.
- Astenia (apatía, mal humor, falta de motivación).
- Problemas para concentrarse, fallos de memoria.
- Impotencia sexual o falta de deseo.
- Para concluir, aunque el lorax esté tan normalizado y lo veamos en los bolsillos, en los armarios y en las mesas de cabecera de muchos de nuestros amigos y familiares, debemos recordar que
- su uso debe ser limitado en el tiempo y controlado por un médico .
- Los problemas de la vida se pueden resolver de varias maneras y, aunque los medicamentos son de gran ayuda, no son la única ni la mejor estrategia a largo plazo.
- Referencias bibliográficas
- Mencías Rodríguez, E. Mayero Franco, L. M. (2000). Manual de Toxicología Básica. Ediciones Díaz de Santos, S. (99-109).
Flórez, J., Armijo. J.A., Mediavilla, A (2008). farmacología humana Masson SA 5ª edición. (543-566)