Victor Hugo dice que "la melancolía es la felicidad de estar triste".
La verdad es que, cuando nos sentimos melancólicos, nuestro estado de ánimo suele asociarse a la tristeza, aunque lo que estemos recordando sean buenos momentos del pasado.
La melancolía sin memoria no es posible.Es un sentimiento que nos recuerda que algo nos falta, que estuvo allí, que era bueno para nosotros, pero que ya no podemos recuperarlo.
Recordamos viajes, momentos, personas o experiencias que nos hacen pensar que cualquier momento pasado fue mejor.Cuando alguien está melancólico, realmente está sufriendo por algo que ya no puede tener.Es una forma de dolor permitida, esto es recordamos algo o alguien que ya no está con nosotros.Esto duele, pero también nos hace pensar que es nuestro, que nos pertenece, aunque sea sólo por algunos minutos y esté alojado en nuestro banco de recuerdos. La melancolía es también una forma de no aceptar el presente, de no estar contento con lo que tenemos ahora.
Cuando nos permitimos viajar con la mente a otros lugares, a otros espacios, a otros tiempos y buscamos una compañía irreal, inconscientemente creemos que lo que encontramos es algo que poseemos y del que no podemos separarnos. La melancolía se presenta en momentos puntuales, pero puede convertirse en un problema cuando se instala en nuestra vida de forma permanente.Es normal si se siente melancólico una tarde al mirar fotos antiguas, escuchar una canción y recordar un momento agradable, o pensar en alguien con quien compartimos nuestra vida. Pero
cuando esta conducta se repite frecuentemente, si no se trata, puede conducir a una depresión.
Los expertos aseguran que esta alteración trae a la luz una carencia que la gente tiene, de que están descontentos con sus vidas. Si la vida es plena, no habrá necesidad de aferrarse al pasado para pensar que el de antes era mejor que el de ahora. Sentirse más o menos melancólico dependerá del grado de satisfacción que tengamos en nuestro presente.
Cuando estamos felices, no hay tiempo de evocar el pasado, ni de pensar que todo podría ser de otra manera.Si atar al pasado es una manera de perder el presente.Sabina cantó sobre este sentimiento. La letra de aquella canción decía "vivo en el número siete, calle melancolía, hace años que quiero cambiarme al barrio de la alegría". El cambio no depende de nadie, sino de nosotros mismos.