John Dewey (1859-1952) es considerado uno de los más importantes psicólogos educativos.Sus modelos en este campo fueron parte de la revolución de la pedagogía que se dio en el siglo pasado. Incluso, hoy en día, parte de nuestro sistema educativo aún no conoce o no está actualizado por las contribuciones de Dewey.
En este artículo hablaremos de una de sus obras clásicas, su libroExperiencia y educación. Este libro muestra la síntesis de su pensamiento acerca de la educación. John Dewey siempre creyó que debíamos educar a las personas en democracia, para así encontrar el método para conseguir un pensamiento crítico en los alumnos que fuese a favor de nuestra sociedad. Para lograr esto, Dewey nos habla de 3 principios importantes para ser tenidos en cuenta en la educación: (a) la continuidad de la experiencia, (b) el control social y (c) la naturaleza de la experiencia.La continuidad de la experiencia
Dewey parte de la base de que la educación y la experiencia mantienen entre ambas una conexión orgánica.
Con eso, quiere decir que nuestras vivencias son las que nos educan. Pero eso no quiere decir que todas las experiencias sean verdaderas o igualmente educativas. Algunas de estas experiencias obstaculizará nuestro desarrollo, convirtiéndose en "antieducativas".Es ahí donde entra el concepto de continuidad de la experiencia que Dewey utiliza.
Una experiencia se vuelve "antieducativa" cuando revierte el impacto positivo de experiencias anteriores. En vez de eso, irá a favor de la educación cuando las experiencias ayuden a enfrentar las vivencias posteriores, logrando así una continua experiencia enriquecedora. Para Dewey, lograr esta continuidad de experiencias positivas era esencial para la educación.La educación tradicional que vivimos hoy está llena de experiencias que dificultan la continuidad.¿Cuántos alumnos piensan que el aprendizaje es aburrido y aburrido? La escuela hoy en día supone una fuente de ansiedad para una gran parte de los alumnos, lo que provoca una actitud que les hace repudiar las posibles experiencias educativas, rompiendo así con la continuidad de la experiencia.
Control socialLa educación no es algo que el individuo haga solo o que no pueda ser facilitado por otros (especialmente cuando hablamos de niños), es un proceso de carácter social.
Siendo que implica una comunidad, necesitan reglas para mantener el control social de la actividad educativa. Si no existiesen estas normas, no habría actividad; es como intentar jugar un juego sin reglas, perdería el sentido.
Ahora, ¿cuáles deben ser esas normas y cómo deben aplicarse? La escuela tradicional parte de la base que necesita una normativa firme que impida que los alumnos salgan de un mismo camino, sea éste más o menos cierto. Dewey observó que este tipo de control social generaba una relación jerárquica entre profesores y alumnos, que convertía estos últimos en sujetos pasivos de la educación.Dewey creía que el control social debería surgir de la situación.Una normativa flexible que se adapte al avance de los alumnos y de la situación de los profesores sería el ideal. Es importante tener en cuenta que, en la educación, toda la comunidad educativa tiene que ser participante. La gestión de la normativa debe ser trabajo conjunto de los alumnos y profesores en pro de la creación de un ambiente escolar que estimule el aprendizaje.
La naturaleza de la libertad
Siempre que hablamos de control social y normativo, también aparece la palabra libertad. Hay una sensación de que cuanto mayor control social menor sería la libertad, pero eso no es correcto. Esto dependerá del tipo de control social que se ejerza y de la naturaleza de la libertad de que estamos hablando. John Dewey divide el concepto de libertad en (a) libertad de movimiento y (b) libertad de pensamiento.La libertad de movimiento es el potencial que nos permite realizar cualquier tipo de comportamiento, cuanto mayor es la libertad de movimiento mayor la variedad de conductas posibles. La libertad de pensamiento es algo más complejo, es aquella capacidad que nos permite evaluar de manera crítica una situación y las opciones que tenemos para enfrentarla; cuanto mayor sea la libertad de pensamiento, más opciones tendremos para enfocar nuestro comportamiento.
Las dos libertades no necesitan necesariamente caminar unidas, incluso puede ser que la libertad de movimiento acabe coaccionando la libertad de pensamiento.
Eso es justo lo que Dewey criticaba en la escuela progresista, él veía que el objetivo de esta escuela era la libertad de movimiento de sus alumnos. Dar una libertad de movimiento sin tener en cuenta la libertad de pensamiento puede hacer que los alumnos se dejen llevar por sus impulsos y no piensen en sus opciones.
Un aspecto importante relacionado con esto es que la libertad nunca debe ser un objetivo.
La libertad es una herramienta que ayuda a los alumnos a desarrollarse. Si favorece la libertad de pensamiento a los alumnos, éstos podrán dirigir sus experiencias de manera autónoma a una continuidad educativa.La educación de John DeweyJohn Dewey hizo una fuerte crítica a los modelos educativos tradicionales y también a algunos de los más progresistas.
Vía en los modelos tradicionales un sistema rígido, que tenía objetivos educativos muy alejados de sus principios democráticos. Además, con los modelos progresistas, Dewey sentía que sus iniciativas quedaban cortas y que no alcanzaban lo que buscaban.Dewey nunca llegó a completar un modelo educativo ideal. Sin embargo, dejó clara la idea de que para mejorar los modelos educativos ya postulados era necesaria la investigación científica y rigurosa en este campo, contraria a la especulación que estaba tan de moda y que de alguna manera sigue estando.A través de la recolección de datos de nuestras escuelas, podremos ver qué cambios son necesarios. Así, en una continua aplicación-investigación-aplicación, nuestro sistema avanzaba hacia un sistema educativo digno y verdadero. La pregunta implícita a esta explicación es: