Violencia de género y adolescencia

El primer amor ... experimentar la sensación de que somos importantes para alguien de una forma especial hace que nos sintamos bien, diferentes de los otros en la visión de la persona amada. Esto al mismo tiempo nos genera inseguridad, miedo a perder estas emociones y rabia cuando las cosas no son como nos gustaría que fueran, por eso intentamos perpetuar esta unión en un intento de liberarnos de todas estas sensaciones desagradables.

Los patrones sociales condicionantes Si analizamos símbolos románticos, encontraremos candados que simbolizan un "juntos para siempre" simbólico, pero irreal, ya que no perpetúan la continuidad de la felicidad, sólo la del vínculo, que se presenta como inquebrantable.

La realidad poco tiene que ver con lo que deseamos. Nos hablan de la felicidad de estar enamorado, de cómo es tener una media naranja para encontrar,

sin tener en cuenta que ya somos seres completos y que las emociones no son estables en el tiempo, ya que pueden aumentar, disminuir, cambiar y transformarse.

Tratamos de controlar el físico en busca del control de las emociones de otra persona, queremos que nos amen para siempre y, en vez de cuidar de este vínculo, vivimos con miedo de perder a nuestro / la compañero / a controlando sus movimientos, su libertad, su libertad la forma de vestir, sus mensajes en whatsapp, sus amistades ... Es posible que de este modo la mantenemos a nuestro lado, pero no con nosotros, ya que sus emociones siempre oscilarán.

En lugar de unir más, estas emociones crear un muro entre la pareja y su entorno. Con eso, la relación quedará aislada en una jaula transparente con barras de miedo e infelicidad.

La violencia La más paradójal es que nos preguntamos si en relaciones con violencia existe amor y si existe, el más triste y preocupante es pensar que este sentimiento es el motor de la violencia para quien la ejerce

, con base en él se demuestran celos, rabia, inseguridades, y él condiciona la vida de la otra persona al tratar de eliminar ese malestar generado por el miedo de perder a su compañero / a. En función de eso, usan diferentes estrategias, como el chantaje emocional, insultos, ignorancia, provocar celos con otras personas, etc.

La rabia que se siente ante ciertos comportamientos que determinan, a través de patrones rígidos, cómo debe ser la relación y la actitud de su compañero / a es justificada a través del amor, concepto tan arraigado que no está solamente en la concepción de quien ejerce la violencia, pero de quien la sufre, ya que el machismo instaurado hace que reprodujemos patrones sin cuestionarlos, independientemente de nuestro sexo.Debemos desaprender y modificar nuestros patrones de respuesta ante las relaciones de pareja basadas en el machismo.

Romper nuestra jaula transparente no es sólo cuestión de quién está dentro; todos contribuimos validando comportamientos machistas ,

sea aprobándolos o silenciando, por lo que debemos cambiar la raíz de esta conducta. Debemos dejar de actuar sobre la base de nuestro malestar y empezar a hacerlo en base a lo que queremos para nuestro futuro. Dejemos que las personas que están con nosotros lo hagan porque es gratificante cada día, y no porque, embriagadas de amor, han cerrado un contrato en el pasado que actualmente no compensa y se mantiene por miedo.