¿Qué sucede en el cerebro durante una conversación positiva?

Pocas actividades son capaces de traer buena energía como una conversación positiva.Son conversaciones en las que usted se oye y también desea oír al otro. Las palabras "hacen clic" y se encuentran. El eco de estas palabras permanece, amable y alegre. Estas conversaciones son como un verdadero bálsamo para la vida.Lo contrario también sucede.

Cuando usted habla y siente que no es entendido, o queda saturado cuando tiene que oír al otro. Hay mensajes negativos en las entrelíneas, ya veces agresiones directas. Estos encuentros sólo nos dejan enojados y tristes.Todos sabemos, por experiencia propia, que una conversación positiva es un regalo maravilloso. La novedad es que la ciencia lo confirmó a través de diferentes estudios. Se ha comprobado que

un diálogoconstructivo tiene la capacidad de modificar patrones cerebrales. La contribución de este tipo de conversación también se refleja en nuestra neuroquímica. "Uno busca a alguien para dar luz a sus pensamientos, otro alguien a quien pueda ayudar: así es como nace una buena conversación".-Friedrich Wilhelm Nietzsche-

Examinando las palabras
Mark Waldman y Andrew Newberg son dos investigadores del comportamiento humano. El primero es profesor de comunicación y miembro del Programa Ejecutivo de MBA de la Universidad de California. El segundo es director del Centro de Medicina Integrada Myrna Brind, de la Universidad Thomas Jefferson.

Ambos condujeron extensas investigaciones y juntos escribieron un libro llamado "Las palabras pueden cambiar su cerebro"

.La investigación de estos dos especialistas contiene datos muy interesantes sobre palabras y conversaciones positivas. Ellos descubrieron, por ejemplo, que la palabra "no" activa la producción de cortisol, la hormona del estrés, que nos deja en estado de alerta y debilita nuestras habilidades cognitivas.Por otro lado,

la palabra "sí" hace que la dopamina sea liberada. Esta hormona cerebral regula los mecanismos de recompensa, produciendo un sentimiento de bienestar. También refuerza una actitud positiva hacia la comunicación.Palabras y conversaciones positivas

El ejemplo de las palabras "sí" y "no" es sólo una pequeña parte de la investigación realizada por Waldman y Newberg. A través de diferentes experimentos ellos han logrado probar científicamente que las palabras transforman nuestro cerebro . Y claro, conversaciones positivas o negativas también.Se dieron cuenta de quealgunas personas usan más palabras que tienen efectos negativos en el cerebro

. Otros, por otro lado, usan palabras más constructivas. En ambos casos, lo hacen sin conciencia. El hecho es que ambos dejan sensaciones diferentes en sus interlocutores.

Es interesante notar también que, en un estudio realizado por el InstitutoCreatingWE, se verificó algo similar. En este caso, se estudió el efecto de las palabras de los patrones en sus funcionarios.

Ellos comprobaron que las expresiones de afecto aumentaban la producción de oxitocina. Y es no sólo eso, también hacían al equipo aumentar su capacidad intelectual y volverse más productiva.Conversación positiva y comunicación compasiva

Waldman y Newberg acuñaron un concepto que ya está conquistando su espacio. Ellos lo llaman "comunicación compasiva". Este concepto se refiere altipo de comunicación en que el respeto por el otro y la sinceridad prevalecen.Justamente el tipo de comunicación que ocurre cuando usted participa en una conversación positiva. Los investigadores también descubrieron uno de los componentes cognitivos que caracterizan una conversación positiva.La gente entiende mejor cuando las ideas se hablan por separado

. En otras palabras, hay una mayor garantía de comprensión si no se abordan varios asuntos a la vez. Sin embargo, las secuencias no deben incluir más de cuatro ideas. Además, se debe llevar por lo menos de 30 a 40 segundos para pasar de un tema a otro.

Waldman y Newberg también descubrieron que algunas palabras tienen un profundo impacto sobre la gente. Básicamente las palabras pobreza , enfermedad, soledad o muerte . Tales expresiones afectan la amígdala y facilitan el desencadenamiento de pensamientos negativos. Sin embargo, también descubrieron que el efecto que producen puede ser amenizado. Basta que estas palabras no estén al principio o al final de una frase.

Como es imposible eliminar las palabras negativas de la vida, lo más apropiado es compensarlas con palabras positivas. Lo mismo vale para las conversaciones. Cuando una comunicación es negativa, se debe compensarla con una conversación positiva. Esto permite equilibrar no sólo la comunicación, sino también la química del cerebro.