A veces intentamos solucionar las cosas siguiendo un camino que nos hace tropezar en la misma piedra repetidamente. Y a veces también nos ponemos impacientes queriendo encontrar una respuesta a un problema que nos hace sufrir.
Si todos los intentos fallaron o incluso empeoraron el problema, quizás la mejor cosa que hacer es dejar de intentar. Aunque sea por un tiempo, a veces no hacer nada es el mejor. Ya es una decisión.
No por falta de interés, ni porque usted se está rendiendo o fracasado, sino porque dejar de insistir es otra solución diferente, una alternativa. También no significa que hay que dejar el tiempo pasar y pensar que se solucionará.
No hacer nada no significa abandonar todo lo que has alcanzado; que ya es un camino recorrido que contribuye en su aprendizaje.
Se trata sólo de mejorar su estado emocional tomando distancia de lo que le está hiriendo y minando su autoestima. Se trata de apartarse de forma prudente de lo que le hiere.
"Cuando usted necesita tomar una decisión y no la toma,
eso es también una decisión en sí"
-William James-
Cuando no hacer nada es la mejor opción
Hay muchos tipos de problemas y cada uno de ellos requiere una solución diferente .
Sería imposible aplicar esta regla de forma general a todas las cuestiones de la vida, y no hacer nada no es un canto a la inactividad, a la pereza o al desinterés: el objetivo es mejorar una determinada situación. Estos son algunos ejemplos que podemos citar en los que no hacer nada es una decisión:- Un niño pequeño que sabe que, con sus pirraças, consigue la atención de los padres.
Rápidamente acudimos a su llamado desesperado y ella repite nuevamente la misma estrategia para conseguir ganar lo que desea.
¿Y si usted no hace nada? Y si usted con calma ignora su llamado de atención y posteriormente le explica que su estrategia no sirve?
Ya con el simple hecho de no atender a su llamada, usted estará dejando de reforzar su conducta. Lo que significa una menor probabilidad de que esa actitud se repita en el futuro como forma de conseguir algo. Por lo tanto, no se trata de no hacer nada en sí, sino de ser un buen estratega y no morder el anzuelo.
- Una amiga te hace responsable de tu malestar.
Usted ha intentado ayudarla de la mejor manera posible y dedicó el tiempo que estaba a su alcance. Sin embargo, ella la culpa por no haber estado a su lado de la forma en que le gustaría.
Es normal pasar por malos momentos en la vida y entender que una persona puede actuar de forma injusta, pero ¿es preciso justificar ese ataque personal?
Escuchar a alguien que te gusta que de alguna manera la decepcionó suele ser terrible.
Pero usted no puede ser responsable de no estar cuando la persona que tuvo el problema quería que usted estuviera, a la hora y en el momento preciso.
Al final de cuentas, no se puede leer la mente de las personas, ni somos super héroes que pueden atender en cualquier momento una caída en el estado de ánimo de otra persona. Y menos aún si no somos siquiera conscientes de que eso estaba sucediendo.
Es necesario estar allí, claro, pero no a cualquier costo y bajo cualquier circunstancia.- Usted y una persona no dejan de discutir.
Cada nuevo intento la situación sólo empeora y no parece existir ninguna luz que ilumine un buen desenlace.
En este caso, si usted ha intentado todo,
tal vez la mejor cosa que hacer es dejar que la situación se asienta un tiempo.
No hacer nada, pero que por otro lado ya es hacer algo.
Obviamente, en este caso lo mejor es comunicarlo abiertamente a la otra persona, procurar hacerla comprender que es preferible tomar un poco de distancia que continuar aumentando el problema. Cuando dedicamos tiempo para mejorar nuestro estado emocional y nos alejamos de una fuente de sufrimiento podemos ver con más claridad y analizar mejor las situaciones conflictivas
.
Así, conseguimos tomar decisiones alejadas del estrés, que supuestamente se vuelve cada vez peor. Y no, no somos egoístas por eso. Saber alejarse y acercarse puede ser la clavepara cualquier relación duradera